viernes, 8 de noviembre de 2013

Revista Luz 2013/11/10


Rocío Guirao Díaz
 “NO SOY DE LAS MUJERES QUE SE CASAN Y ABANDONAN TODO”

 

SORPRENDÓ A TODOS CON SU TALENTO COMO CANTANTE E IMITADORA EN TU CARA ME SUENA. ESTÁ A PUNTO DE LANZAR SU PROPIA MARCA DE ROPSA Y SIGUE A FULL CON SU CARRERA DE MODELO. TODO SIN DESCUIDAR A SUS DOS HIJOS Y A SU MARIDO, ESA FAMILIA CON LA QUE SIEMPRE SOÑÓ Y A LA QUE SE OCUPA DE PROTEGER CON AMO Y PASIÓN DESDE SU MUNDO PRIVADO CERCA DE ROSARIO.


Hicimos el reportaje en el auto, camino de regreso a Funes, un pueblo a quince minutos de Rosario donde vive con su esposo. Cada semana pasa tres días en Buenos Aires para grabar el programa Tu cara me suena. Y se viene con sus dos hijos, y por supuesto, su mamá que la ayuda con todo. Rocío Guirao Díaz se reiventa una y otra vez con cada proyecto y cada desafío. Comenzó el año siendo la cara de seis marcas y pensando en qué destinar su tiempo libre. Así surge la idea de crear Tanindia, su propia marca de ropa con la que acaba de abrir su primer local en un shopping de Rosario, pero mientras tanto el destino la sorprendió con la propuesta de formar parte del elenco del nuevo programa de Telefé que propone imitaciones y caracterizaciones de grandes cantantes. A esta modelo, empresaria y mamá ya no la para nadie…


-Después de estos días de tanta vorágine en la ciudad no te imagino llegando a tu pueblo. Contame cómo es Funes, ese lugar al que te mudaste con tu marido para formar una familia.
-Vivimos en una casa rodeada de mucha naturaleza. No te digo que es campo, pero casi. Tenemos las calles de tierra, los servicios son el almacén del pueblo, el kiosco del pueblo…

-Y cómo son tus días en ese lugar?
-La vida es tranquila, pero como ahora lancé mi marca de ropa y abrí un local en el shopping más importante de Rosario, el Fisherton Plaza Open Mall, mi vida es la de toda una empresaria. Estoy con los diseños, tengo que ir a los talleres de costura dirijo la parte arquitectónica, estoy en todo.

-Cúando nace esta idea de crear Tanindia?
-Es que en Rosario me sobraba mucho el tiempo. Háblabamos y pensamos con Nico en qué podía hacer, y así surgió esta idea que de alguna manera era un deseo que tenía bajo el ala. Sentí que éste era el momento de largarlo y me puse a trabajar. Viajé con mi mamá, que es con la que nos lanzamos a este proyecto, y vinimos con muchas ideas. El nombre es una contracción del nombre de mis dos hijos: Aitana (4) e Indio (2).

-Definime el público de tu marca.
-Abarca desde chicas de 17 años hasta mujeres de 35 a 40 años, pero siempre mujeres con un look canchero.

-Vos misma hiciste los diseños o contrataste a un equipo?
-Los hice yo misma, me metí de lleno. Mi mamá se ocupa de la parte comercial. Digamos que 15 años de carrera no están por nada, ¿no? En algún lado se fue incorporando la moda, los diseños y no me fue tan difícil.

-Nicolás (Paladini), tu marido, ¿te asesora en los negocios?
-Él entiende y me da buenos consejos, pero no está involucrado en la marca. La marca es mía y de mi mamá

-¿Buscás nuevos desafíos y proyectos propios?
-Siempre fui muy inquieta y muy ambiciosa. Y si es verdad lo que decís, me podría haber quedado en casa mirando los caballos, pero prefiero salir a laburar, desde chiquita me acostumbré a trabajar.

-¿A qué edad comenzaste a modelar?
-A los 14 y me acostumbré a genera mi propio dinero y ser independiente. Prefiero salir a trabajar porque me encanta y además es un ejemplo para mis hijos. Es bueno que vean que la mamá trabaja para las vacaciones o para darles un gusto. Me parece que trabajar dignifica. También esta bueno no encasillarse, no quiero ser la modelo que sólo trabaja de modelo. Y por eso cuando me llamaron de Tu cara me suena, me parecía re loca la propuesta, pero la escuché.

-¿Te sorprendió que te convocaran?
-Me llamó Gastón de Muse Management y me dijo que me querían si o sí en Endemol para un formato de afuera. Cuando me contaron el proyecto les dije: ¡miren que yo no sé cantar y no sé bailar! Arranqué sin saber qué iba a hacer, pero a medida que van pasando las galas me parece un desafío como artista importantísimo. Estar ensayando y que Lucia Galán me esté corrigiendo es algo que no me iba a pasar sino estaba en el programa. Le estoy sacando mi jugo personal.

-Cómo te organizás con su vida en Rosario, tu marido y tus hijos?
-Se graba un día y se ensaya otro día. Y después el trabajo cada uno lo hace en casa.

-¿Y qué hacés? Te parás frente al espejo…
-Si

-¿De verdad? ¡Contame!
-Y lo hago en los ratos que tengo, porque cuando llego a casa estoy con los chicos, como ama de casa y con los temas de la marca. En los baches que me quedan libres cuando se duermen los nenes, me paro frente al espejo y me pongo a cantar la canción una, mil veces, hasta que veo que me sale.

-Cómo definis tu modelo de matrimonio, porque en estos tiempos de vínculos tan inestables es bueno escuchar la voz de una mujer joven.
-Y él me conoció así, con todo este circo encima. Sabía que mucho no lo iba a poder cambiar, no soy ese modelo de mujer que se casa y abandona todo. Para mí el laburo es prioridad y él sabe que me gusta cuidarlo. Una carrera uno no la hace de la noche a la mañana, por ahí ahora es más fácil, pero cuando arranqué para que la gente me conociera tenía que salir en la tapa de una revista conocida y eso era muy difícil de lograr. Yo no quería que por casarme todo se echara a perder. Él vio desde un principio que mi carrera latengo como prioridad en mi vida, Obviamente que mis hijos están por sobre todas las cosas, pero él entendió y lo respetó. Claro que todo se conversa en casa.

-¿Cuándo estás en Buenos Aires quién cuida de tus hijos?
-Nadie, porque me vengo con los nenes todas las semanas…

-¡Venís con los dos todas las semanas!
-Y sí, porque soy una madre como media pegote… Es que los extraño.. Los lunes me vengo a Buenos Aires con los dos y mi mamá me da una mano cuando voy a grabar.

-¿Cómo te ves a futuro? ¿Más cerca de la conducción o de la actuación?
-Te juro que no lo sé, porque cada vez que proyecto me sale algo que nada que ver. Es como que la vida me sorprende. Voy como va el viento, para donde la carrera va, yo voy.

-Por lo que percibo tenés una linda energía y predisposición para la vida.
-Me hago pocos problemas, por ahí llego a un extremo, pero tiene que ser algo muy grave como para que me complique la existencia.

-¿Era tu sueño tener esta familia que formaste?
-Si, por eso la cuido tanto. Apuntaba a tener hijos y un marido que me quiera.

-Cuando decís que la cuidás tanto, ¿a qué te referis?
-Trato de cuidarla de este medio que por ahí a veces es un poco complicado. Lo cuido mucho a Nico, no lo expongo o lo expongo lo menos posible.

-En lo que se refiere a la intimidad, ¿sos de trabajar el romanticismo en la pareja o sos más bien descontracturada?
-La verdad es que no somos de armar situaciones románticas y con la rutina de los dos nenes, la noche ideal con velas se te complica (carcajadas).

-¡Eso queda para las revistas femeninas!
-Sí, sí (más risas) Pero nos hacemos nuestros momentos, nos gusta ir a cenar solos, lo disfrutamos mucho. Somos bastantes, amantes de lo gastronómico y nos gusta conocer lugares nuevos.

-El gran pilar de tu vida son tus dos hijos, ¿qué te preocupa u ocupa de ellos, la educación formal, la parte creativa, darles afecto?
-Me preocupo por no trasladarles mis miedos, mis inseguridades, todas las cosas negativas que a veces los grandes sin querer transmitimos. Los amo y trabajo mucho para que tengan la libertad de hacer lo que quieran, de investigar distintas cosas, para ver lo que realmente les gusta. Me encanta darles libertad, pero también les pongo muchísimos límites porque considero que los límites son amor. No me preocupan que se embarren ni que jueguen a lo que quiera, pero me gusta que cuando estemos en la mesa sentados se comporten con educación, y que si se pelean luego se abracen y se pidan perdón.

 


 




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