miércoles, 29 de febrero de 2012

Revista Semanario 2012/02/28

 

Casarme de blanco era un sueño que tenía pendiente y que hoy (por el sábado 26), gracias a Nicolás (Paladini), pude concretar ante Dios. Me siento la mujer más plena y feliz del mundo", fueron las primeras palabras que salieron de la boca de una extremedamente feliz y emocionada Rocío Guirao Díaz, apenas puso un pie afuera de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes, ubicada en la calle Santiago al 1100, en pleno corazón de la ciudad santafesina de Rosario. Tal como estaba prevista, la íntima y sencilla ceremonia religiosa comenzó puntualmente a las 10.45 del sábado 26 y estuvo a cargo del curra párroco Juan José, quien fue elegido especialmente por Nicolás Paladini. "Con Nicolás nos habíamos puesto de acuerdo en que la boda por iglesia tenía que ser muy especial, por eso fue una ceremonia muy íntima y sencilla a la que invitamos sólo a nuestras familias y a un muy reducido grupo de amigos. Queríamos que fuera así y, por suerte, todo salió como lo teníamos planeado", agregaba Rocío, ya un poco más distendida tras lo emotivo de la ceremonia religiosa en la que los comensales ingresaron al tiempo que la soprano María Belén Rivarola, acompañada por la organista de la iglesia, les cantaba el Ave María. Pocos minutos antes de que las campanas de la parroquia dieran las 11.30 una radiante y bellísima Rocío Guirao Díaz salía de la misma luciendo un espectacular e impecable vestido blanco de Carolina Herrera mientras que, para no ser menos que su mujer y madre de sus dos hijos, Aitana e Indio, el novio sorprendió con un saco en crepé italiano, ribeteado en raso de seda, sin solapa diseñado especialmente por Daniel Casalnovo -modisto exclusivo de la familia Paladini- al que acompañó con un pantalón hiper entallado y un corpatnín con paleta extra fina en seda americana y una faja tableada en raso de seda. Ya ratificado su amor ante Dios, - recordemos que la pareja ya se había casado por civil el 1 de diciembre de 2008- Rocío y Nicolás se tomaron la tarde del sábado para terminar de ajustar todos los preparativos de cara a la gran fiesta que brindaron el domingo 27 y de la que, a diferencia de lo que había sucedido con la boda religiosa, participaron muchos más amigos. Entre ellos, Lulí Fernández y su novio, el jugador de Boca Juniors, Pablo Mouche; Sofìa Zámolo; Natalia Antolin y Silvina Escudero y su novio, Tacho Riera, entre otros famosos. 

GRAN FIESTA GRAN 


Sobre las 19.45 horas del domingo, Rocío llegó exclusivo Salón Punta Barracas, ubicado a la vera del río Paraná, abordo de un auto antiguo del brazo de su suegro, Juan Alberto Paladini, quien lucía un soberbio smoking negro con pantalón haciendo jeugo en crepé italiano, con botones entelados, solapa en raso de seda; una impecable camisa alforzada doble puño, con gemelos en plata y alforzas; una corbata de seda con pochet haciendo juego en seda italiana y zapatos en charol acordonados. Indumentaria y accesorios que, al igual que en el caso de su hijo, fueron diseñados especialmente para la ocasión por Daniel Casalnovo. El exquisito catering y todos los detalles de decoración del lugar estuvieron a cargo de Isaac y Alejandro Pisarz, responsables de A y P Fiestas, una de las empresas de catering y organización de eventos más importantes y antiguas de Rosario que la familia Paladini suele contratar para diferentes eventos. El exclusivo menú consistió en una entrada de una tentadora y amplia variedad de quesos y fiambres, acompañadas por frutas, empanadas y quebec, un plato de origen oriental. Mientras el primer plato, ofreció provoletas, matambritos de cerdo con tomate, verduritas, asado, vacío, pollo, papas al plomo y un importante surtido de ensaladas, a la hora de los postres, los invitados disfrutaron de helados de crema americana, salsas de fambruesas, y de una impresionante mesa dulce en la que no faltó nada de nada. Como si con todo eso no fuera suficiente, de sobremesa Isaac Pisarz sorprendió con un surtidísimo pizza party. Luego de la cena, tuvo lugar el primer show en el que unos bailarines hicieron un cuadro del musical All That Jazz, y, después de un rato de baile, tuvo lugar un segundo show que estuvo a cargo de una banda que interpretó covers de diferentes bandas americanas y latinas. Tras el mismo, Rocío regresó a la fiesta luciendo otro impecable vestido, también de Natalia Antolin, con un sugestivo escote corazón. Un show de tango seguido por otro de danzas árabes y el infaltable baile carioca acompañado de un cotillón en el que no faltaron los turbantes con plumas, fueron marcando el final de una fiesta que se extendió hasta pasadas las 7 de la mañana cuando los comensales se dieron cuenta de que la flamante modelo de la agencia Muse Management y el empresario ya habían partido a su nidito de amor que los estaba aguardando para un amanecer inolvidable. Tan inolvidable como la historia de amor entre Rocío Guirao Dìaz y Nicolás Paladini..

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