Nota de
tapa: Rocío Guirao Díaz
Luego de un
2011 algo difícil –que incluyó un confuso enfrentamiento con Reina Reech por
una obra de teatro, desmayos y una feroz caída en pleno vivo de ShowMatch- la
blonda decidió arrancar este año con todo y en dos semanas se casará por iglesia con Nicolás
Paladini, padre de sus dos hijos. Íntima, frontal y decidida, la modelo revela
detalles de la ceremonia y de su nueva y bucólica vida en un campo de las afueras
de Rosario.
“Casarme de blanco era un sueño pendiente”
Es resuelta. Muy resuelta. Y aunque Rocío bromea sobre el poder
disuasivo de su marido (“luego de la crisis del año pasado, me agarró de los
pelos y me llevó al campo”), a las claras se nota su mano firme en el vuelco
que dio su vida.
Recapitulemos: a comienzos de 2011, a sólo 4 meses de haber
parido a Indio, su segundo hijo, la modelo se hallaba en plena fiebre laboral,
actuaba en El Arcoiris de Rocío, una obra infantil dirigida por Reina Reech, y concursaba
en el popular Bailando por un Sueño de Show Match. En el vivo de ese programa,
mientras realizaba una nueva performance, pasó lo inesperado: Rocío se
desvaneció y golpeó muy duro contra el piso, debiendo abandonar los estudios en
ambulancia. Y si bien fueron muchos los que especularon sobre su estado físico,
ella mantiene hoy la posición que había sostenido en LUZ un par de semana antes
del traspié. “Nunca estuve mal de salud. El desmayo, si bien me hizo pasar un
momento horrible, fue un accidente más, consecuentes del stress y la
acumulación de trabajo, pero no de una mala alimentación o de hábitos poco
sanos. Mis médicos dicen exactamente lo mismo”, sentencia. Días después de ese
incidente, sucedió el otro “golpe”: su repentina desvinculación del infantil
que encabezaba en el Teatro Broadway. “Yo tenía una excelente relación con
Reina Reech; la admiraba mucho, pero se terminó portando horrible conmigo,
declarando mentiras sombre mi desempeño en la obra y echándome al aire aunque
en realidad ni siquiera podía hacerlo ya que mi contrato había vencido esa misma
semana. Sinceramente, no tengo idea de por qué se manejó así, yo sé que no le
hice nada porque mi conflicto era con los productores (N.de.R.: había una
disputa por el manejo de las entradas y el cachet), no con ella”, sentencia hoy
en medio de una realidad bien distinta.
Instaladísima en Funes, una localidad rural donde su marido posee una
estancia, cuenta: “En aquel momento, Nicolás sólo pensó en cuidarme y la verdad
es que para mí fue esencial. La idea era ir al campo por un mes y a las dos
semanas yo ya estaba decidida: “mudémonos acá”, le dije.
Y ahora está ansiosa Rocío. Lo está por su dilatada boda por iglesia. Si
bien se casó por civil con Nicolás Paladini en 2008, recién el próximo domingo
26 será la tan esperada ceremonia religiosa, ante 250 invitados.
-¿Qué fue lo que descubriste
en tu nuevo hogar de Funes?
-Que es mi lugar en el mundo. Es especial, tiene un espíritu de campo
único, con calles de tierra y negocios chiquitos, bien de pueblo. Si bien
extraño mucho a mi gente, el contacto que tengo y que tienen mis hijos (Aitana
e Indio) con la naturaleza no lo cambio por nada. Cada vez que estoy en Buenos
Aires me agarra pánico con sólo ver el tránsito y el humo de las calles.
-¿No fue un cambio muy
rotundo para tu día a día?
-Y… te diría que tuve que volver a empezar, a arrancar de cero, sin
trabajo, sin amigas… Pero de a poco me fui rearmando. Nico me presentó unas 60
novias de amigos (ríe), y con cuatro o cinco pegué mucha onda y empezaron a ser
mi círculo de amigas. Aunque las de Buenos Aires mostraron cierto celos, ya
logré que no haya reclamos; viajo bastante y me reparto bien con todas.
-¿No te aburrís un
poco?
-No, venía de tanta locura que estar un par de meses parada me vino muy bien.
Además, hace un tiempito que estoy con un proyecto que me tiene a full: voy a
abrir en julio una academia de baile en la ciudad de Rosario. Me puse con todo:
el local, los contadores, el staff de profesores…Obviamente que cuento con el
apoyo económico de mi marido, pero lo cierto es que le estoy poniendo todo mi
corazón.
-Y en el medio de
tanto cambio decidiste pasar por el altar…
-Mirá yo siempre fui re-Susanita y casarme de blanco en una iglesia con
Nicolás era un sueño pendiente que se venía postergando por distintos motivos.
El nacimiento de Aitana, el de Indio y sobre todo la muerte de mi papá. Que de
alguna manera fue un punto de inflexión que me había apartado de esa idea. Y…
sí, para mí el casamiento tenía mucho que ver con él, no sólo porque siempre
fui su fan número 1 sino porque anhelaba entrar de su brazo al altar. A mí me
pegaba mucho su ausencia… (hace una larga pausa). En fin, los duelos son un
proceso y evidentemente yo debo estar mejor ya que hace tres meses se lo
planteé a Nico y él no dudó: “hagámoslo y entrá de la mano de tu mamá.” Pero
apenas se enteró mi suegro me paró en seco y sentenció: “De ninguna manera, yo
te llevo hasta el altar.” Lo vi tan decidido que me convenció enseguida.
Nuestros hijos, junto a mis dos sobrinos, formarán el cortejo.
-¿Cerraste todo en
apenas tres meses?
-Sí, no soy la típica novia que necesita un año y medio para resolver
todo. En Rosario, además, sobran los lugares lindos y glamorosos para hacer la
fiesta: todos mirando al río, con el puente Victoria detrás… Allá no es como
acá que le damos la espalda al río, ese paisaje se aprovecha mucho.
-¿Sos una mujer
romántica?
-Sí absolutamente y Nicolás también. Para Año Nuevo me cambió el auto y
lo hizo de forma muy romántica: escondió el nuevo, lo llenó de flores y me dejó
como sorpresa una cajita con las llaves adentro. Los dos somos bastante
melosos.
¿El casamiento va a
respetar ese estilo?
-¡Totalmente! Ya de por sí, una boda es cursi y yo quiero que la mía sea
la más cursi de todas. A cada pregunta del wedding planner respondía que sí.
¿Querés tirar el ramo? ¿Vals? ¿Vestido de princesa? A todo dije que sí ¿Viste
que ahora las chicas optan por vestidos más bien lánguidos? Bueno yo elegí uno
que es todo lo contrario, me lo hizo mi amiga Natalia Antolín, tiene una cola
muy larga y muchos volados. ‘Cúantas veces me voy a casar? Yo apunto a que sea
una sola por lo que, si la hacemos, hagámosla con todo.
-¿Apelaste a algún
canje?
No, cero canje. Al principio hubo un par de ofrecimientos de marcas,
pero todo era con banners o cosas por el estilo y dije que no. No quiero que mi
casamiento se convierta en una carrera de TC
-Hay un estereotipo
que imagina a la novia detrás de cada detalle y al novio limitándose a decir
“OK”. ¿Fue ese tu caso?
-Sí, yo elegí todo y él cerró los presupuestos. A mí no me gusta negociar
números, no lo hago en mi carrera y menos lo voy a hacer para mi boda.
-¿Y qué cosas tenías
como innegociables?
-Mmm… soy bastante flexible en general. Por ejemplo, a mí me gusta mucho
la cumbia y cuando le dije a mi marido que quería contratar a un grupo de
cumbia muy famoso que no quiero nombrar para no quemarlos (N. de R.: trascendió
que se trataba de Los Wachiturros), Nicolás me bajó el pulgar piso facto. “¡Los
saco a tiros!”, me dijo (ríe). Ahí tuve que negociar y acepté finalmente que
sea una banda que hacer covers. Ya les pediré algún que otro tema de cumbia.
-Una foto grande de la
pareja emulando una tapa de revista ficticia llamada Vanity Love como
invitación. ¿Eso también lo propusiste vos? ¿Sabías que te iban a criticar?
-Sí y no me importa. Todo lo que me ofrecían me parecía un plomo,
tarjetas en blanco o en marfil con las que no me sentía identificada para nada.
Buscando por la web di con esa idea y me gustó. A Nicolás mucho no le consulté.
Le dije que teníamos que sacarnos unas fotos en el jardín, las hicimos y mandé
todo a imprimir. Después, cuando vio las invitaciones, mucho no podía hacer el
pobre. “si a vos te gusta, está todo bien”, se convenció. Es un genio.
-¿Habrá luna de miel?
-No sabemos todavía. Muchos me dicen: “qué bueno, van a poder hacer un
lindo viaje juntos!” y yo en lo único que pienso es que ni loca dejo a mis
hijos solos tanto tiempo…La verdad es que en este momento estamos mucho más
cerca de Disney que de una paradisíaca playa, por más linda soñada que sea.
-Por último Rocío,
‘sentís que esta boda es también una forma de revertir un 2011 algo difícil?
-Sí, el año pasado fue realmente muy complicado, no fue sencillo
sobrellevar tanto maltrato inesperado. De mi lado siento alivio igual, porque
nunc a me manejé mal, pero es duro escuchar tantas mentiras por la tele de
parte de gente que creías conocer y querer. En algún punto, fue el año en el
que más crecí y aprendí. Como vos decís: este 2012 lo arranco con fuerza, con
casamiento y muchos proyectos profesionales, sobre todo en lo que a modelaje
respecta.
-¿Creés que volverá el
tiempo de la Rocío bailarina?
-Sí, claro. La gente de Show Match ya me ofreció estar en el certamen,
pero les dije que si bien podían contar conmigo para cualquier reemplazo, no
quería estar todo el año nuevamente. Prefiero seguir este 2012 en paz, con mi
trabajo como modelo y recién arrancar con los proyectos artísticos más hacia
fin de año. Lo más probable es que sea en Villa Carlos Paz, que encima me queda
bien cerquita (sonríe). Ya hay varias propuestas concretas de las que no puedo
hablar, pero sí te aseguro una cosa: será una temporada corta, de sólo 3 meses.
Por más que me encante trabajar, ya aprendí que también tengo que cuidarme…
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