domingo, 7 de agosto de 2011

Revista Shop 2011/08/05


“Todo en la vida me vino antes incluso antes de que yo lo soñara”

Con 27 años recién cumplidos y a full con la crianza de Aitana, de dos años, y de Indio, de sólo cuatro meses, Rocío sumó a su carrera de modelo la participación en Bailando por un sueño y un protagónico de teatro infantil. Retrato de una chica que admira a Natalia Oreiro.

Llega al estudio con su hijita en brazos y su mamá de escolta. Es muy temprano a la mañana de un día helado, y mientras va quitando las capas de abrigo, en degradés de rosa, del cuerpo de la nena, Rocío Guirao Díaz cuenta que Aitana ya está acostumbrada a acompañarla en las largas rutinas que tiene su día. Es así, porque si no, casi no la ve, de tanto ir de acá para allá entre los entrenamientos diarios que le insume Bailando por un sueño, y las prácticas de rutina para el espectáculo que acaba de estrenar en el Teatro Broadway, bajo la dirección de Reina Reech: “El arcoíris de Rocío”, que la tiene de protagonista cada fin de semana.

“Es una experiencia muy nueva porque yo nunca había tenido un público infantil. Estoy fascinada porque es diferente en todo al público adulto. Hasta el aplauso es distinto: los nenes son muchísimos más genuinos y sinceros. Ellos aplauden sólo si les gusta. Y no sólo aplauden: en la mitad de la obra ya no se aguantan y se vienen al pasillo a bailar.

A tus 27 años recién cumplidos, ¿cómo decidiste hacer teatro infantil?
No lo decidí yo. Me convocaron. Siempre tuve la idea de que, en algún momento iba a hacer algo para chicos pero lo pensaba más para cuando tuviera 30 o 35 años. Imaginate que en febrero nació Indio, mi segundo hijo y quizá, en teoría no era el mejor momento para embacarme, pero llegó la propuesta y me gustó en todas sus aristas: Reina Reech es una eminencia como directora y el proyecto me hizo acordar mucho a Reina en colores, el programa que yo veía en la tele cuando era chica. Todo era perfecto: tenía que cantar, bailar y hasta iban a aparecer las fotos de mis hijos en un momento de la obra. ¿Qué más podía pedir? Era un combo tentador y dije que sí. Y aquí estoy, totalmente embarcada en esto.

Representás a marcas como Prestige, Sigry, Sproch, Reycondo, Tabatha, Everlast, Fes Jeans, Vov Jeans, ¿cómo decidiste ser modelo?
Tampoco lo decidí. Como todo, me vino antes incluso de que yo lo soñara. Estaba en un shopping y se me acerco una chica, Carina, de la agencia Elenquitos, y me lo propuso. Yo era una beba, tenia 14 años.

¿Tus viejos te dejaron?
Sí, pero a condición de que terminara el secundario e hiciera una carrera universitaria . Me dijeron: “Mientras me des un título, tené el hobby que quieras”. El tema fue que después de recibirme en la carrera de técnica en Hotelería me di cuenta de que, más que un hobby, era un buen trabajo, que dejaba buen dinero y me daba la opción de independizarme económicamente. Ahí fue cuando lo empecé a tomar más en serio. Siempre me gustó ganar mi propio dinero, incluso hoy cuando tengo una extensión de la tarjeta de mi marido (el arquitecto y empresario Nicolás Paladini). Yo gano lo mío.

¿Sos pilchera?
Sí, soy re pilchera. Ahora Nicolás me hizo un nuevo vestidor con sus propias manos. Es enorme, enorme. Tengo lugar para los tacos, para las botas, todo tiene su sector. Y yo soy bastante ordenada con la ropa. Y me gusta comprar, sobre todo, zapatos, botas, carteras y accesorios. En Buenos Aires no compro casi nada, pero cuando viajo aprovecho y hago un buen saqueo.

¿Qué marcas te gustan?
Me gusta mucho Guess y toda la colección que tiene Marciano. A la hora de elegir zapatos, muero por los de Steve Madden. También me gusta la marca Bebe. Y La folie, que está en Miami, también me gusta. Y también la ropa deportiva, compro mucha porque me la paso entrenando. Vos ahora me ves y estoy con mi capsuite, abajo de los pantalones, para entrenar. Estoy todo el tiempo con ropa deportiva y también me encanta para estar en casa.

¿Te cambió la vida la maternidad?
Mucho. Yo antes era re desorganizada. Por ahí empezaba mi día sin saber cómo lo iba a terminar o en dónde. Hoy nada que ver: tengo los horarios armados medio a rajatabla. Me tuve qu organizar por mi hija y después por mi bebito. No me quedó otra que organizarme. Empezar mi día y programar que si me llevo a la nena tengo que ir con la provisión de pañales, mamaderas, galletitas… Pero prefiero llevarla porque si no me la pierda demasiado. Es cierto también que mi mamá me ayuda mucho y está muy cerca (el papá de Rocío murió el año pasado). Al chiquitito lo dejo en casa porque con este frío prefiero no sacarlo; se queda con alguien en casa o, si no, con Nico.

Nicolás Paladini, marido de Rocío desde diciembre de 2008 no es un hombre mediático, pero estuvo en el centro de una de las tantas polémicas de Bailando por un sueño cuando Graciela Alfano habló de lo bien que estaba.

¿Cómo vivís esas situaciones?
Y, la verdad es que trato de no creérmelo tanto. No sé por qué pero no me pone mal. Será porque lo considero parte del show. Y además. Uno no puede pretender caerle bien a todo el mundo… Simplemente con la gente que hay buena onda, bienvenida sea. Y con los que hay mala onda, prefiero hacer oídos sordos.

¿Qué diez cosas llevarías a un lugar lejano en el que vas a pasar mucho tiempo?
Bueno, me llevo a mi familia completa. Y después me llevaría mi computadora. Soy medio fanática de internet, estoy en todo, me encanta. Además, me mantiene en contacto con un montón de gente que no veo seguido, como mis compañeras de facultad, o mis prima que viven re lejos. Y mi mejor amiga, que vive en Nueva York, con la que hablo por skype quince minutos todas las noches ni bien llego a casa. ¿Qupe más llevaría? No soy muy fanática del celular… Y llevaría un jean que me vuelve loca, un par de zapatillas que no me saco ni para dormir, y mis pantuflas, que son como mi segundo marido porque las amo. Son de los 101 Dálmatas, enormes, y la nena me mira como diciendo: Mamá. Madurá de una vez. Pero son súper comodas. Y no llevaría nada más me adaptaría al nuevo lugar. Tengo la facilidad de adaptarme a cualquier cosa.

¿Qué imaginás para tu futuro?
Para adelante me gustaría hacer cine. Y quizás, alguna obra de teatro más de texto, dramática. Quisiera probar esa experiencia. Me gusta mucho la carrera de Natalia Oreiro, creo que es súper versátil y que, en su momento, dio giros de 180 grados. Y eso está bueno: pasar de la moda a un inftanil, de un infantil a una comedia, de una comedia a las tablas. Me parece que tener matices es lo más interesante de todo.

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