miércoles, 3 de agosto de 2011

Para Ti Mamá Agosto 2011



En su doble faceta artística –naif en el show infantil que protagoniza y femme fatale en “Bailando por un Sueño”–, la modelo compagina su agitada agenda con la crianza de sus pequeños hijos y su matrimonio. Una mamá full time, que se lleva a los chicos al trabajo, y a la que le preocupa mantenerse sexy para su marido.

En la casa se respira familia, y todos los prejuicios que uno pueda tener sobre la típica pareja de jóvenes lindos y exitosos, caen estrepitosamente. Rocío Guirao Díaz y su marido, el empresario Nicolás Paladini, han fundado una sociedad que delata un profundo amor, y se traduce en una casa súper armoniosa, a pesar de tener hijos súper chiquitos y una agenda cargadísima.

Es media mañana, el invierno nos regala generosamente un poco de sol, clima que la primogénita Aitana (2 años) aprovecha para, en brazos de papá, amigarse con la nueva mascota: recién llegado, un pichón de pato revolotea alrededor de la piscina. Del otro lado del ventanal, Rocío alimenta al pequeño Indio, de sólo cinco meses. Tiene energía suficiente como para bancarse la crianza de dos criaturas, volver al ruedo de “Bailando por un Sueño” apenas nacido el varón, y estrenar infantil en el teatro.

Durante la charla explicará cuán importante es para ella tener juventud para poder abordar tanto, sin morir (de cansancio) en el intento. Y su marido la acompaña, a cada paso, en cada detalle. Mientras se prepara para posar frente a la lente del fotógrafo (su especialidad), se abre a una charla de mujeres.


–¿Cómo hacés con todo?
–El secreto está en organizarse. Tengo una persona en casa que me súper ayuda y también a mi mamá, que me acompaña cuando quiero llevar a los chicos conmigo. Suelo arrancar temprano y me la cargo a Aitana, que a esta altura es todo terreno, porque si no la extraño mucho. Al más chiquito todavía no lo saco tanto, hasta que pase el frío.

–¿Aitana va a verte al teatro?
–A todas las funciones, le encanta. Si no la llevo me hace un piquete (risas). La mima todo el elenco, imaginate. Además es súper histriónica, ya se sabe toda la obra de memoria. Está buenísimo tener este laburo que puedo compartir con ella.

–¿Por qué tan seguidos los chicos?
–Así los queríamos, era el plan. Con Nicolás decidimos ser padres jóvenes, tener a los dos de un sacudón, para poder en un tiempo salir de viaje los cuatro, por ejemplo, y seguir teniendo energía como papás. ¡Tampoco quiero estar de parto toda la vida! Además, con dos es fácil salir, porque el papá agarra a Aitana y yo a Indi.

–Entonces, ¿acá pararían?
–Yo pararía, pero quizás en unos años me vuelvan a dar ganas. Por ahora soy feliz con dos.

–¿Qué diferencias notás entre tus hijos?
–En realidad, no lo noté en ellos, sino en nosotros como papás. Quizás con Aitana teníamos más miedos, cosas más de primerizos inexpertos. En cambio, el segundo ya viene con el manual incorporado: duerme perfecto, come perfecto, como si supiera.

–¿Lo amamantaste?
–Sí, hasta hace un mes. Pero me empecé a quedar sin leche, él se quedaba con hambre y me la pasaba levantándome cada una hora a la noche. Recurrimos al complemento, aunque se sigue durmiendo con el pecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario